lunes, 10 de noviembre de 2014

Rinoceronte blanco

El rinoceronte blanco está en el límite de su extinción tras la muerte de Suni, uno de los siete ejemplares que quedaban en el mundo. Las posibilidades de supervivencia de esta especie, azotada por la caza furtiva, son casi inexistentes.

"Los seres humanos están causando la extinción de muchas especies y esto es un indicativo de la forma insostenible con la que seguimos explotando nuestro planeta", advierte Vigne.

El tráfico ilícito de marfil y cuerno de rinoceronte es una importante preocupación en el este de África, donde Kenia y Tanzania son los principales países de salida de estos productos, que luego viajan a China, Tailandia o Vietnam.

Las mafias asiáticas compran los cuernos a los furtivos para venderlos a un precio muy elevado estos países, donde elaboran con ellos pócimas supuestamente curativas o afrodisíacos muy populares entre la población local.

En 2013, más de 50 toneladas de marfil fueron vendidas alrededor del mundo, un récord histórico según el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (UNEP, en inglés), que precisa que los cazadores furtivos han pasado de una actividad descentralizada a ser profesionales dentro redes organizadas trasnacionales. 





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